Año Nuevo Chino

 

Qué viene el Tigre. El año del tigre en el calendario lunar chino. Parece ser que las personas nacidas bajo este signo del zodiaco son apasionadas, instintivas, nobles y respetuosas. Con su carácter fuerte e impulsivo pueden ser adoradas totalmente o rechazadas del todo.  

Vaya. Supongo que Chinatown, aquí en SF, es un poco así. O la amas o te devora. O las dos cosas. Sí, quizá también las dos cosas.

Si caminar por aquí es siempre una experiencia que te llena los sentidos, para alguien como yo, con una natural tendencia a la hiperestesia, hacerlo durante la festividad de año nuevo es abrir esos sentidos casi casi de una manera felina. Con el volumen a tope, son un espectáculo las calles abigarradas rebosantes de colorido, música, voces en lenguas diferentes... el sol, un viento que viene de la bahía… creo….

El mercado de las flores y los naranjos en miniatura cuajados de  adornos rojos. La ropa tendida en las ventanas, las escaleras contraincendios, como colgadas del cielo, acumulando óxido. Un tipo cubierto de lentejuelas saluda a los tranvías que ascienden la cuesta frente a la Catedral de Old Saint Mary y otro, un poco más allá hace como que toca el violín. Y se lo dedica al cielo. A las nubes quizá.

 A lo mejor las ciudades y las ciudades dentro de las ciudades son un ser en sí mismo. Un animal inclasificable, existiendo mucho más allá de la zoología y la lógica de la zoología. Un animal que no es fácil de ver a simple vista, regido únicamente por el signo de un zodiaco que no entiendo.

Debe ser eso. Todo esto debe ser el aliento de un animal desconocido y bello que no veo a simple vista, que no oigo porque no sé escuchar bien. Porque habito en él.

Un animal de mil colores y otros mil olores y sabores. Un animal que respira y se estira, y se recoge y salta. Su voz son lenguas que no conozco, y el viento que viene de la bahía. Y la música y las sirenas y las risas. Es anciano y es niño. Es de hierro y carne. De cemento. Sueño y sangre. Sol. Grito.

Rugido.

Un animal que solo calla, puro silencio, cuando lo miras a los ojos.