frente a la quietud del agua
Sobre la superficie del agua, reflejada, la quietud de la tarde.
Cuando la
tórtola ha levantado el vuelo, creo que justo entonces, mirando el verdín sobre
las piedras que deja al descubierto la marea baja. Lo he sentido. Algo que he
reconocido. No sé dónde. Frente al agua.
¿En la
luz?
En la
otra orilla del canal, en una de las casas flotantes, un hombre trabaja sobre
un caballete. ¿Endereza una tabla?
Por la
pasarela flotante que une las casas un perro negro bastante grande acompaña a
su amo. Vuelve solo.
¿La luz
reflejada sobre el agua de otros días? ¿Quizá cuándo era niño? Esta luz, justo
cuando cae la tarde, cuando ya no es la misma. ¿Habrá sido eso?
Sobre la
superficie del agua se cruzan el reflejo de la gaviota, del avión. Rozando las
rocas, el vuelo de un pájaro que no conozco.
¿El olor
de la marea baja? Quizá ese olor… El agua que se retira, el limo cubriendo las
piedras de las riberas. Aquel niño… siguiendo las huellas dejadas por las
gaviotas, por aves que no conocía.
En el
pequeño ciclamor los primeros brotes. Parece seca, la planta de hinojo en la
que revolotea el colibrí.
¿Seré yo?
¿Será algo en mí? Yo, que no dejo de cambiar ni un instante. Incapaz de encontrarme
al volver la mirada. ¿Habrá algo en mí que no cambia? Algo que ha tintineado justo ahora, al levantar
el vuelo esa tórtola.
Sobre el
agua en calma, cada vez más alargadas las sombras de los vehículos que pasan
por la autopista elevada. La luna, no del todo redonda.
¿Un momento?
¿Habrá momentos que son todos los momentos? ¿Será eso? Uno solo. Un solo rayo
de luz. Una sola agua. ¿Un único estar?
Tierra
adentro, el silencioso vuelo de las aves marinas. Cuando vuelvo la mirada algo
ha roto la suavidad del agua. Pequeñas ondas desapareciendo apenas nacen.
Apurando los últimos rayos de sol camino hasta la otra orilla del canal. Tras dejar en el suelo las bolsas de la compra un hombre echa de comer a las gaviotas. En el puente, gente con los colores de los Warriors ríen y hablan en voz alta mientras se dirigen al estadio. Los perros, todos diferentes, juegan y corretean sobre la hierba del parque, y sus dueños charlan reunidos. Siguiendo la hilera de árboles un bebé patalea mansamente en la mochila que su madre lleva en su pecho. Qué pequeños sus pies, qué pequeños…
¿Un único
ser? ¿Será así? Lejos de todo. Frente a la quietud del agua. El reflejo de la
tarde. El reflejo de todas las cosas.
Siento
que el sol se desvanece por segundos.
Vuelvo a
sentarme un poco más atrás, más arriba, en la colina cubierta de hierba.
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